viernes, 17 de septiembre de 2010

Pesos Pesados

     

     La champions dio el pistoletazo de salida y los dos gallos de la competición demostraron que son los dos máximos aspirantes al título de los pesos pesados.

        En la esquina derecha y con calzón blanco tenemos al aspirante, el Madrid de Mou. Poco pudo hacer el Ajax que parecía un boxeador a punto de ser knockeado. Cada ocasión errada por los madridistas parecía la campana que decía que otro asalto había finalizado y el púgil holandés volvía a su rincón tambaleándose pero en pie. De no ser por la mala puntería de los delanteros la goleada habría sido escandalosa.

        La mejoría mostrada fue más que evidente. La defensa tan sólida como siempre, tercer partido sin recibir una ocasión de gol (salvo un remate en el decuento). El centro del campo recuperó esa alegría tan añorada en los últimos años. Javi Alonso es el principal beneficiado de la incorporación de los alemanes. Khedira aporta mucho equilibrio y Özil es la horma del zapato del tolosarra. El alemán se asoció con todos. Es la pieza que necesitaba este equipo, por momentos parecía un jugador del Barça que se había puesto la camiseta blanca para enseñarles el camino. Los únicos que fallaron fueron los buenos. Por estos no hay que preocuparse porque ya sabemos que las van a enchufar. Me gustó mucho la presión de los merengues. Lo importante ahora es seguir en esta línea y hacer caso a la batuta de los maestros de orquesta que deben ser Javi Alonso y Özil. Y también Canales, que ayer apenas jugó pero que tendrá mucho que decir en este equipo.


      En la esquina izquierda tenemos al campeón, que sigue a lo suyo. Aunque no ganara el título europeo el año pasado todos sabemos que ostentaría el cinturón de campeón si de boxeo se tratara. Los culés estaban heridos. Y no hay nada peor que un campeón de los pesos pesados herido en su orgullo. Los puños del púgil de calzón azulgrana fueron auténticas bombas. Los culés volvieron a alcanzar la perfercción en su juego. Metieron 5 pero pudieron ser 10. Y todos los goles de manual. Tocando y tocando, y haciendo paredes en espacios imposibles. Lo del Hércules fue un tropezón. Los pupilos de Guardiola siguen maravillando y no se alcanza a ver el horizonte de este equipo.

     Esperemos que el destino nos brinde esta vez un combate entre ambos boxeadores en el mes de mayo. Se atisba un duelo titánico a lo Tyson-Holyfield. De momento el Barsa es el mejor, pero que no se descuide que le pueden morder la oreja.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El Imperio Serbio Contraataca





    Los que nos hemos criado viendo los triples de Biriukov y Epi y los despiadados duelos en la pintura entre Fernando Martín -que en paz descanse- y Audi Norris sabemos como se las gastan los balcánicos en esto de meter la pelotita en el aro.
    
     En la recta final de los 80 emergió una generación de jugadores procedentes de la extinta Yugoslavia que marcó una época. El grueso de aquella selección militaba en aquel magnífico equipo de Split (la Jugoplastika) que ganó 3 Copas de Europa (actual Euroliga) de manera consecutiva (1989,1990,1991) aunque también tenía grandes jugadores en otros equipos europeos e incluso en la NBA. Nombres como Drazen Petrovic, Kukoc, Divac, Radja, Obradovic, Perasovic, Paspalj, Savic, un jovencísimo Sasha Djordjevic,... hacían temible a este combinado nacional.

    EspaÑa cosechaba buenos jugadores pero a años luz del talento de los yugoslavos. Les veíamos como el Quijote a los molinos, monstruosos. Eran auténticas ametralladoras desde la línea de 6,25. A pesar de la situación política la selección balcánica seguía cosechando éxitos. Luego vino la guerra de los Balcanes y con ella la disgregación de Yugoslavia. Esta división evitó que todo el talento se juntara en un solo equipo pero los distintos países que se formaron seguían teniendo excelentes jugadores. En 2002 Yugoslavia consiguió su último éxito bajo ese nombre. Fue el mundial de Indianápolis, en territorio comanche.


  Pero por aquel entonces la nueva potencia del baloncesto ya se estaba fraguando. Eran los "golden boys", los ÑBA, una hornada de jugadores liderados por Pau Gasol (el mejor jugador europeo de la historia). Y aquello que cantaban los nikis -"...EspaÑa está aplastando a Yugoslaaaavia por 20 puntos arriba..."- ya no era un sueño, era una realidad y, a día de hoy, una obligación. Hoy la ÑBA estaba en la obligación de ganar a Serbia (heredera de Yugoslavia) porque somos mejores. Pero se han dado un cúmulo de circunstancias que lo han impedido. La causa principal es que nos faltaban tres de los cuatro jugadores más importantes de esta dinastía: Pau Gasol, José Manuel Calderón y el gran capitán, el rey de los intangibles, ese que lo mismo te cosía un huevo que te freía un alfiler, Carlos Jiménez. Hoy daba la impresión de que Navarro estaba solo ante el peligro.

   Pero las bajas no son la única causa del descalabro. El ADN balcánico es un factor a tener en cuenta. Los serbios han vuelto a ser esas ametralladoras infalibles de décadas anteriores capaces de destrozar cualquier defensa zonal o individual que se les presente. Daba igual que apretaran los españoles en defensa porque si un serbio se levantaba para encestar de tres era para anotar. A esto hay que añadir que jugaron como equipo, algo que no ocurría desde hace veinte años. Desde la disgregación la selección plavi no había encontrado un patrón de juego pero con esta promoción parece que volverán los éxitos. Los Teodosic, Velickovic, Bjeliça, Tepic, Krstic parecen haber encontrado esa disciplina de equipo que les faltaba. Talento nunca ha faltado pero estos jugadores son los que pueden devolver a este combinado al lugar en el que siempre ha estado.

   En cuanto a EspaÑa habrá que hacer reflexión. Talento hay. Tranquilos que, como decían los Nikis, "seremos de nuevo un Imperio".

lunes, 6 de septiembre de 2010

Talento malgastado


    Cuando hablamos de José María Gutiérrez Hernández hablamos de una persona poliédrica.
En sus comienzos fue J.M. Guti, apenas podía leerse en su dorsal, tapado por la prominente melena rubia que lucía el 14 en su adolescencia. En esa época ni siquiera llevaba el 14, simplemente era el 26. Un dorsal reservado a los chavales que toman la alternativa. Fue Jorge Valdano el que se la dio, pero cualquiera habría hecho lo mismo en su lugar.  Verle correr por el campo es como ver a Morante haciendo el paseíllo en la Maestranza en una soleada tarde de Abril. Curiosamente Morante es el alter ego de Guti trasladado al toreo. Capaces de levantar de la butaca al más sosegado de los espectadores. Lo malo de esto es que si nos pusiéramos a contar, el número de veces que se levantan para ovacionarles es proporcional a las veces que lo hacen para insultarles por su desidia. Nunca dejan indiferente a nadie.

    Pasaron los años y Guti seguía progresando, fortaleciendo su físico. Su pierna izquierda no mejoró nunca, porque había tocado techo la primera vez que tocó un balón, nació con ese don. Guti se hacía mayor y cambió de dorsal, el 26 de su espalda le correspondía a un canterano, él ya era uno más de la primera plantilla. Eligió el 14, dorsal mediático. No era un fijo pero cada vez jugaba más minutos y el pensamiento era unánime: "si le dan confianza será el mejor". Pero seguía sin llegar ese entrenador que se atreviera a darle continuidad. Tras años caóticos y cambios de entrenador, llegó Del Bosque y J.M. Guti pasó a ser Guti H.

     Ahora sí!, debió pensar el rubio. Del Bosque le conocía desde pequeñito, era conocedor del esfuerzo que el chaval y su familia habían hecho para que vistiera esa camiseta. Vicente había sido un padre para él. Concretamente había sido como ese padre que está encima de su hijo constantemente para que no escoja los caminos equivocados. La relación entre ambos me recuerda a la que mantenía Robert de Niro con su hijo en la ficción en Una historia del Bronx, en el debut de De Niro como director. En ella, Lorenzo (Robert de Niro) era un humilde conductor de autobús que no paraba de decirle a su hijo "Calogero, no hay nada peor que el talento malgastado, no lo ovides nunca". Cada vez que su hijo se metía en un lío, ahí estaba su padre para recordárselo. Del Bosque quiso emular a ese humilde conductor de autobús pero Guti nunca dejó de ser ese niño problemático que malgastaba su talento.

    A las órdenes del salmantino tuvo un año especialmente bueno en el que el torrejonero se reinventó por una plaga de lesiones, erigiéndose en un gran "9" y aportando 14 goles en liga. Ese año volvió a despertar a los gutistas -entre los que militaba un servidor por aquel entonces- y todo apuntaba a su explosión definitiva. Pero todo quedó en agua de borrajas y Guti volvió a la irregularidad. Pasó de puntillas por la era galáctica, alternando geniales actuaciones -una especialmente en el Olímpico de Roma- con autoexpulsiones en partidos importantes. Pasaban los años y hablar del 14 era generar debate. División de opiniones.

     En la selección ni siquiera tuvo la opción de emocionar o irritar al respetable. Ningún seleccionador confió en él. 13 veces vistió la rojigualda, una cifra paupérrima teniendo en cuenta la calidad que atesoran sus botas. Esta es una de las espinas de Guti. Él no se arrepiente de nada de lo hecho en el campo pero no haber estado en ninguna cita importante con la selección es una losa que siempre irá con él.

     En sus últimos años Guti H. pasó a ser Guti Haz -en honor a sus hijos Aitor y Zaira- y la experiencia pareció darle algo de madurez en partidos importantes, al menos en la competición doméstica. Tuvo brillantes actuaciones en partidos decisivos en las ligas de Capello y de Schuster. Ligas en las que Raúl, Guti y Van Nistelrooy fueron suficientes para ganar a un Barça muy superior sobre el papel. El nivel físico que exigían las eliminatorias europeas dejaba constancia de las carencias del 14, su indisciplina no le permitía estar preparado para esas citas. Además ¿para qué pasar eliminatoria pudiendo tener los miércoles libres para salir a tomar unos "refrescos"?

      Han sido muchos años de luces y sombras. Algunos dicen que es el mejor, otros que es un sinvergüenza. Yo estoy de acuerdo con los dos. He cambiado del gutismo al antigutismo como de camisa. Su trayectoria no atiende a la razón humana. Como amante del fútbol estoy muy agradecido por esos detalles únicos pero también muy decepcionado por su falta de ambición y por habernos privado de muchas noches de gloria tanto en el Madrid como en la selección. Ha sido J.M Guti, Guti H., Guti Haz..... pero siempre será el "maestro Gutiérrez", el mayor talento malgastado sobre un campo de fútbol.