lunes, 6 de septiembre de 2010

Talento malgastado


    Cuando hablamos de José María Gutiérrez Hernández hablamos de una persona poliédrica.
En sus comienzos fue J.M. Guti, apenas podía leerse en su dorsal, tapado por la prominente melena rubia que lucía el 14 en su adolescencia. En esa época ni siquiera llevaba el 14, simplemente era el 26. Un dorsal reservado a los chavales que toman la alternativa. Fue Jorge Valdano el que se la dio, pero cualquiera habría hecho lo mismo en su lugar.  Verle correr por el campo es como ver a Morante haciendo el paseíllo en la Maestranza en una soleada tarde de Abril. Curiosamente Morante es el alter ego de Guti trasladado al toreo. Capaces de levantar de la butaca al más sosegado de los espectadores. Lo malo de esto es que si nos pusiéramos a contar, el número de veces que se levantan para ovacionarles es proporcional a las veces que lo hacen para insultarles por su desidia. Nunca dejan indiferente a nadie.

    Pasaron los años y Guti seguía progresando, fortaleciendo su físico. Su pierna izquierda no mejoró nunca, porque había tocado techo la primera vez que tocó un balón, nació con ese don. Guti se hacía mayor y cambió de dorsal, el 26 de su espalda le correspondía a un canterano, él ya era uno más de la primera plantilla. Eligió el 14, dorsal mediático. No era un fijo pero cada vez jugaba más minutos y el pensamiento era unánime: "si le dan confianza será el mejor". Pero seguía sin llegar ese entrenador que se atreviera a darle continuidad. Tras años caóticos y cambios de entrenador, llegó Del Bosque y J.M. Guti pasó a ser Guti H.

     Ahora sí!, debió pensar el rubio. Del Bosque le conocía desde pequeñito, era conocedor del esfuerzo que el chaval y su familia habían hecho para que vistiera esa camiseta. Vicente había sido un padre para él. Concretamente había sido como ese padre que está encima de su hijo constantemente para que no escoja los caminos equivocados. La relación entre ambos me recuerda a la que mantenía Robert de Niro con su hijo en la ficción en Una historia del Bronx, en el debut de De Niro como director. En ella, Lorenzo (Robert de Niro) era un humilde conductor de autobús que no paraba de decirle a su hijo "Calogero, no hay nada peor que el talento malgastado, no lo ovides nunca". Cada vez que su hijo se metía en un lío, ahí estaba su padre para recordárselo. Del Bosque quiso emular a ese humilde conductor de autobús pero Guti nunca dejó de ser ese niño problemático que malgastaba su talento.

    A las órdenes del salmantino tuvo un año especialmente bueno en el que el torrejonero se reinventó por una plaga de lesiones, erigiéndose en un gran "9" y aportando 14 goles en liga. Ese año volvió a despertar a los gutistas -entre los que militaba un servidor por aquel entonces- y todo apuntaba a su explosión definitiva. Pero todo quedó en agua de borrajas y Guti volvió a la irregularidad. Pasó de puntillas por la era galáctica, alternando geniales actuaciones -una especialmente en el Olímpico de Roma- con autoexpulsiones en partidos importantes. Pasaban los años y hablar del 14 era generar debate. División de opiniones.

     En la selección ni siquiera tuvo la opción de emocionar o irritar al respetable. Ningún seleccionador confió en él. 13 veces vistió la rojigualda, una cifra paupérrima teniendo en cuenta la calidad que atesoran sus botas. Esta es una de las espinas de Guti. Él no se arrepiente de nada de lo hecho en el campo pero no haber estado en ninguna cita importante con la selección es una losa que siempre irá con él.

     En sus últimos años Guti H. pasó a ser Guti Haz -en honor a sus hijos Aitor y Zaira- y la experiencia pareció darle algo de madurez en partidos importantes, al menos en la competición doméstica. Tuvo brillantes actuaciones en partidos decisivos en las ligas de Capello y de Schuster. Ligas en las que Raúl, Guti y Van Nistelrooy fueron suficientes para ganar a un Barça muy superior sobre el papel. El nivel físico que exigían las eliminatorias europeas dejaba constancia de las carencias del 14, su indisciplina no le permitía estar preparado para esas citas. Además ¿para qué pasar eliminatoria pudiendo tener los miércoles libres para salir a tomar unos "refrescos"?

      Han sido muchos años de luces y sombras. Algunos dicen que es el mejor, otros que es un sinvergüenza. Yo estoy de acuerdo con los dos. He cambiado del gutismo al antigutismo como de camisa. Su trayectoria no atiende a la razón humana. Como amante del fútbol estoy muy agradecido por esos detalles únicos pero también muy decepcionado por su falta de ambición y por habernos privado de muchas noches de gloria tanto en el Madrid como en la selección. Ha sido J.M Guti, Guti H., Guti Haz..... pero siempre será el "maestro Gutiérrez", el mayor talento malgastado sobre un campo de fútbol.

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