miércoles, 6 de octubre de 2010

De profesión: antihéroes




Se dice de Mestalla que nunca falla porque sus gradas siempre están pobladas sea cual sea el rival. Habría que adaptar la frase porque los valencianistas no faltan pero sí que fallan, especialmente en lo que atañe a entrenadores.

La delgada línea entre la inconformidad y la intransigencia es muy peligrosa y la parroquia valenciana la cruza a las primeras de cambio. En la última década ha gozado de entrenadores a los que he admirado y que han otorgado a esta entidad la vitola de club grande. Todos ellos incomprendidos por la grada.

El primero de ellos fue Héctor Cúper. Venía avalado por sus grandes campañas en el Mallorca, al que hizo finalista de la Copa del Rey y de la extinta Recopa de Europa entre otros éxitos. Pero su éxito se acrecentó en la ciudad del Turia. Fue el que sentó las bases de la actual identidad del club. Creó un Valencia muy sólido y aguerrido. Había buenos jugadores pero otros muchos resultaron mediocres cuando se apartaron del entrenador argentino.
La historia nunca se acuerda de los segundos pero estoy seguro de que nadie olvidará aquellas dos finales consecutivas de Copa de Europa (2000 y 2001). En la de 2000, en París, se le llegó a declarar favorito para el título tras haber aplastado al Barcelona en semifinales. Pero el escudo del Madrid pesó mucho. En la segunda, la mala suerte se cebó con ellos en la lotería de los penalties. A pesar de estos éxitos la afición, que parece ser que escuchaban a De la Morena (detractor acérrimo del argentino), pitaba a Cúper al que se tildó de ultradefensivo. Sea como fuere el éxito fue rotundo.

Después llegó Rafa Benítez. A su llegada fue cuestionadísimo pero el madrileño supo aprovechar la herencia dejada por Cúper para hacer un Valencia más grande aún. Capitaneados por jugadores sensacionales pero con mala prensa. Ayala, Albelda, Carboni, Marchena... Al igual que con Cúper el juego de los ches se cimentaba en la defensa y en la disciplina. Era un ejército perfectamente estructurado. Bajo las órdenes del comandante Benítez fueron el azote de los galácticos. Consiguieron 2 títulos de liga y una UEFA durante el primer mandato de Florentino Pérez. Pero la historia se repetía e incomprensiblemente tampoco existió quórum con este magnífico estratega. Benítez dejó huella pero salió por la puerta de atrás para entrar por la puerta grande de Anfield Road.

El tercer caso entrenador maltratado por prensa y afición fue Quique Sánchez Flores, uno de los mejores técnicos de la actualidad. Comandó la transición que supuso el cambio generacional y metió al equipo en champions durante 2 años consecutivos. Tenía mejores jugadores que sus predecesores pero también cumplió con creces en el cargo. Denostado por la grada y con el "Quique vete ya" como nuevo himno en la ciudad de las naranjas tuvo que dejar el cargo. Tras su destitución el club ha vivido una crisis social, económica y deportiva a pesar de contar con 2 o 3 de los mejores jugadores de su historia, que consiguieron una copa del rey en 2008 a pesar de la que lió Koeman.

Para calmar la tempestad llegó Soriano a la presidencia y con él Emery. Otro estratega. En su primer año cumplió y el año pasado ganó "su liga". Se puede decir que quedaron primeros de una liga de 18 porque lo de Madrid y BarSa no entra dentro de la normalidad. Una vez más "entrenador ninot". Si les hubieran dejado, los aficionados le habrían quemado en las fallas. Por suerte para el Valencia ahora cuentan con un presidente cabal, Llorente, que ha sabido ignorar lo que dicen cuatro iluminados. Es muy difícil superar los éxitos cosechados en la década pasada y más aún con la deplorable situación de las arcas valencianistas pero Unai es uno de esos entrenadores capaces de hacerlo. Le han desmantelado el equipo pero ahí está.
Ha conseguido que Albelda vuelva a ser el jefe y si Albelda es el jefe el Valencia funciona. Me parece parece injustísimo el trato vejatorio que recibe este pedazo de profesional por parte de la prensa (la madrileña en general, la prisaica en particular). Tiene casta, liderazgo, rigor táctico, intangibles. Es un ejemplo de capitán, aunque no luzca brazalete.

Se podría decir que el Valencia es un equipo que sabe elegir entrenadores pero que no sabe aprovecharlos. La mayor virtud de un entrenador es sacar lo mejor de sus jugadores, sobre todo de los que están limitados. Ahí reside el éxito de los técnicos aquí citados . Cúper lo hizo con Farinós y Gerard; Benítez con Mista o con Kuyt en el Liverpool; y ahora Emery lo está haciendo con jugadores de perfil medio como Mathieu, Aduriz o Banega. Lástima que no todos lo sepan ver.

Podrá gustar más o menos los métodos de estos entrenadores, pero todos cumplen con los objetivos marcados. Harían bien en Valencia si dejaran de creerse el Madrid o el Barsa. Y harán bien en un futuro si no pitan a Albelda cuando sea entrenador del Valencia, porque algún día lo será y de los buenos.

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